POEMAS DEL CORONAVIRUS 2

CORONAVIRUS: LA NUEVA NORMALIDAD

¿Qué es la nueva normalidad?

Lo mismo que antes.

Gente más gente... vulgaridad.

¿Qué es la nueva normalidad?

Lo mismo de siempre

con algo menos de libertad.

¿Qué es la nueva normalidad?

Lo mismo que antes.

Terrazas llenas y a gritar.

¿Qué es la nueva normalidad?

Lo mismo de siempre:

los que sigan vivos, a pagar.

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BROTES DE CORONAVIRUS

No han aprendido nada.
Más de cuarenta mil muertos
y solo les importa ir al bar,
aglomerarse en las terrazas,
tostarse en las playas,
molestar siempre con sus ruidos.
No han aprendido nada.
Algunos se ponen mascarillas,
imaginarán que están a salvo,
y en cuanto uno se descuida
si les dejas, te saltan encima,
no respetan las distancias.
No han aprendido nada.
Piensan mucho más las musarañas.
Siguen, como autómatas,
con su superficial rutina.
Mientras, el coronavirus,
gracias a ellos, se expande.


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CORONAVIRUS Y DESESCALADA

Ha sido decir "desescalada"
y los que no valoran su vida
corren a llenar cualquier terraza.
Ha sido decir "desescalada"
y muchos, en zafia estampida,
vuelven a sus fiestas alocadas.
Ha sido decir "desescalada"
y los escandalosos olvidan
que el virus está a sus anchas.


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CORONAVIRUS: NO IMPORTAMOS NADA

Esos que deciden con turbios intereses
por mí nunca se mostrarán preocupados,
que no es la precariedad lo que les mueve
sino el poder, la malicia y los bancos.

Aumentan la superficie de las terrazas
pero no ordenan construir más hospitales,
por doquier campañas fomentando las playas
mientras el coronavirus barre las calles.

No se afanan por regalar seguridad
ni ordenan fabricar más respiradores,
solo impulsan a hacer fiestas, el viajar,
votarles, sacar datos con rastreadores...


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IGUAL QUE AL GANADO

Un hombre va a entrar en una tienda cuando una mujer se le interpone.

-Espera- suelta la mujer mientras le apunta a su cara con un aparato -Voy a tomarte la temperatura.

El hombre la frena con un severo gesto y replica:

-¿Podría subirse la falda y bajarse las bragas para que la contemple un rato?

-¡Oye! ¿Cómo se te ocurre pedirme algo así? Eso es muy privado.

A lo que el hombre replica:

-¿Y acaso no es privado tomarme la temperatura? ¡Y encima sin conocernos de nada ni pedir permiso... y tuteándome!

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CORONAVIRUS Y PROPAGANDA

Llenan los medios con noticias de balcón,
todas siguiendo un clarísimo patrón.

Entre aplausos enfocan al curado,
todo con pinta de estar planeado.

Restan gravedad a los que van muriendo,
no muestran las secuelas de los enfermos.

Ponen tanto edulcorante en todo
que creo estar frente a otro NO-DO*.

*El NO-DO era un noticiero semanal del régimen franquista que se proyectaba en los cines españoles antes de la película en sí, entre 1942 y 1981. (Fuente: Wikipedia).

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LAS RUEDAS DE PRENSA

Siempre comparece, percha distante,
uno que manda y ante lo grave,
solo suelta: "No es preocupante."
A ninguno de esos les afecta
lo más mínimo el agonizante,
todo en sus vidas es pura fiesta.


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NOTICIAS DE HOSPITAL

Soñando con noticias y hospitales que parecen publirreportajes...

Un médico se acerca a un paciente de la UCI y le suelta:

      -¡José, buenas noticias! Por fin vamos a darte el alta. Te tenemos preparado en el pasillo un acto de celebración donde el personal médico te vitoreará y aplaudirá y posteriormente compartirá contigo una tarta con tantas velas como días estuviste aquí, mientras los medios de comunicación registran el acto y te hacen unas preguntas. También está fuera buena parte de la directiva del hospital con otros responsables políticos. ¿Preparado?

      -¿Me está diciendo que, después de permanecer aquí medio muerto combatiendo el coronavirus durante 64 días, me van a hacer pasar por un estrecho pasillo abarrotado de gente gritando, sacudiendo gérmenes y virus con sus ruidosos aplausos y bailecitos, que los periodistas se me van a acercar a preguntarme tonterías sin guardar las distancias, que voy a ser grabado en este lamentable estado en que me hallo, y expuesto posteriormente a todo el país sin pedirme permiso ni pagarme y encima para que los políticos que lo han hecho fatal luzcan palmito, y que además todos ellos soplarán sobre las velas de una tarta pretendiendo que yo me coma un pedazo de la misma y vuelva a contagiarme, posando con sonrisa de agradecimiento? ¿Y encima me tutea? Mire, doctor... ¡Despéjeme al máximo ese pasillo para que no me cruce con nadie cuando salga o me atrinchero otros 64 días en la UCI y no me sacan ni a tiros!

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SABUESOS

Ellos se empeñan en espiar
el rastro de su negligencia.
Y yo con más ganas de callar,
en un acto de coherencia.


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LA DISTANCIA DE SEGURIDAD

Cada dos pasos.
¡No exagero!
Cada dos pasos
un imbécil, una imbécil,
se me arrima por la calle,
con o sin mascarilla,
como si fuera un zombi
con ganas de infectarme.
Da igual que planifique,
que controle, que esquive,
que me esconda o que corra,
se empeñan en perseguirme,
en invadir mi espacio privado.
Seguro que ni dos neuronas tienen,
por en medio de las aceras acechan
y aunque les lanzo mi peor mirada
y les afeo su falta de respeto,
los idiotas ni se apartan,
quieren compartir su coronavirus.
¿Y en los espacios cerrados?
Peor, se vuelven cucarachas
que saltan y corren alocadas,
empujan, achuchan y acorralan
como si el virus no exisitiera,
no les importa nadie ni nada.
Cada dos pasos.
¡No exagero!
Cada dos pasos
un imbécil, una imbécil
me obliga a jugar a la ruleta rusa,
se salta la distancia de seguridad,
hasta que tarde o temprano, caiga.
Y ningún policía hace nada...


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CORONAVIRUS Y DIRIGENTES

Dicen que se use tarjeta
en lugar de dinero físico
como si todos tuvieran tarjeta,
como si todos pudieran pagar sus comisiones,
como si todos tuvieran cuenta en esos bancos
que te roban dinero por todo cada mes.
Dicen que se use mascarilla,
una nueva cada cuatro horas,
como si a todos les sobrara el dinero
para comprar cincuenta a la semana.
Dicen que la gente teletrabaje
como si todos tuvieran un empleo
de político, funcionario o pasmarote,
como si todos tuvieran a su servicio
los lujos de un congreso o un parlamento,
como si no existieran los millones de parados.
Dicen que se estudie online
como si todas las familias tuvieran ordenador,
como si todas nadaran en la abundancia
para contratar el carísimo internet español.
Dicen que no se acuda a los ambulatorios
por más que uno enferme de otras cosas,
que los médicos atenderán por teléfono
como si fueran adivinos a distancia,
como si todos tuvieran teléfono
y contrato con las compañías buitre.
Dicen que uno se quede en casa
para protegerse mejor del coronavirus
como si todos tuvieran una casa donde vivir.
Dicen que se actúe con prudencia
mientras ellos fomentan las terrazas,
los locales de ocio, el turismo,
fiestas por todas partes, celebran elecciones
y obligan a la población a hacer colas.
Dicen que no hay que preocuparse
y al día siguiente lo contrario,
que la situación es alarmante,
ponen su cara sonriente y mienten,
con las cifras hacen malabares
mientras los estúpidos les aplauden,
en cada provincia normas diferentes
usando lenguajes que no se entienden
porque así se creen mejores.
Dicen que hay que combatir la pandemia,
que es la peor crisis que hemos tenido,
pero todos se marchan en agosto de vacaciones.
Dicen y dicen y dicen...
pero yo, a nada le encuentro ya sentido.


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Autor:  JOSÉ RUIZ

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