EL DERECHO A DECIDIR... DE ALGUNOS
-¡Mira, mira...! ¡Cuánta
banderita!
Todos esos que ahí
protestando ves
sin saberlo están a mis
pies.
-Pero, señor... ¿No es
peligroso
levantar así a la
muchedumbre?
¿Y si se nos rompe el
cordel
y exigen que siempre se les
consulte?
-¿Qué dices? ¡Quita,
quita...!
Aquí solo se decide una
vez.
Luego, chitón y a obedecer.
tienen aires de grandeza,
No les gusta ser iguales,
Desde el balcón del poder:
-¡Gritad más fuerte, no se
oye...!
¡Gritad por el derecho a
decidir!
Desde la calle, sin
comprender:
Desde el balcón, muy feliz:
-¡Lo que me conviene a mí!
¡Ah, qué singular este
país!
Por no decir una
palabrota...
llegar a una determinada
cuota
basta con que gane el “sí”.
-¡Las reglas las pongo yo!
Año 2014. Provincias
catalanas.
El dialecto quiere un país.
Año 2044. Cataluña ya es
país.
Pide ser un continente
nuevo.
Nadie se acuerda de ellos.
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Y a mí que todo esto del derecho a decidir
me parece un complot, un ardid
de los catalanistas y sus criadores
para que el pueblo español
acepte, como mal menor,
el racismo que se ha sufrido
aumentado al cuadrado con el federalismo
frente a la farsa de la independencia.