Frederick A. P. Barnard, académico y educador estadounidense, escribió el siguiente texto en 1890. Lo pueden aplicar a todas las supuestas democracias actuales.
Incluyo primero el texto original y a continuación su traducción.
Recuerden que en este blog existe un botón para traducir su contenido a otros idiomas.
THE DEGRADATION OF OUR POLITICS
FREDERICK A. P. BARNARD
Under the early presidents, appointments to office were made in the interest of the public, and for more than thirty years appointments as a reward of partisan service and removal as a punishment were unknown.
But there came a man into the Chair of State, who made himself the chief of a party. Under his administration those who were not of his party were dismissed from office, and their places were filled by party adherents. The qualifications for office were not honesty, competency, and fidelity to the constitution, but activity and zeal in the service of the party and loyalty to the party chief.
The fundamental principle of the party system was then enunciated: ‘‘ To the victors belong the spoils.”
In the working out or this principle it was discovered that the power of governmental patronage may be indefinitely increased by the employment of middle men inits dispensation. In the legislative body these men were found, who were attached to the executive by self-interest, and thereby secured to hima sure support of all his measures.
This has become the established system of American politics.
The government of the constitution has practically ceased to exist, and in its place has grown something which cannot be classed among systems of governments, ancient or modern— republican in form, yet not a republic, for its representatives are not the choice of the people. Democratic in methods, it is yet not a democracy, for the appeal to the popular voice is an empty ceremony. Those most familiar with its workings have named it the “ machine government,” because it is ‘‘ run” by a class of men who make politics a paying business. To do this successfully the politicians must secure all places of trust and emolument under the government to men whom they can use; and the people must be deprived of the option of choosing other men. There must be organization, unity of purpose, and concert of action, and the process by which these are arranged in the interest of the politicians 1s a curious combi nation of fraud and farce. The first step is what is known as “‘ eagineering the primaries,” or in other words so controlling what are supposed to be assemblies of the sovereign people that the voice of the people is the voice of the politicians. The same management is at work in the convention, for the large part of its work is the ratification of what was already accomplished by a process known as “ making upa slate.” The convention makes an appeal to the public by a declaration of principles called a ‘“ platform,” a choice selection of glittering generalities which sound well and mean little.
The corrupt use of public patronage for party purposes is not regarded as involving, in those who employed it, any personal dishonesty or lack of integrity. Personal morality and political morality are esteemed to be quite different things. But the practice is intrinsically and essentially dishonest, and no man can participate in it without losing the ordinary distinctions between right and wrong. Political contamination has spread to such an extent that legislative corruption is a notorious fact.
The remedies for these evils must be applied by the people themselves. but a return to its true spirit; no change in the laws, buta change in their administration; not the organization of a new party, but the uprising of the good men out of the parties, throwing off the trammels of party discipline, and declaring for good government; the education of our youth in the science of government and the duties of citizenship.
Every good citizen should use his most energetic efforts to break up machine government, for it is through the politica machine that the poople have been divested of their rights and subjected to the rule of a usurping and unscrupulous obligarchy.
TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL:
LA DEGRADACIÓN DE NUESTRA POLÍTICA
FREDERICK A. P. BARNARD
Bajo los primeros presidentes, los nombramientos se hacían en interés público, y durante más de treinta años se desconocía la designación como recompensa por servicio partidista y la destitución como castigo.
Pero llegó un hombre a la Presidencia del Estado, quien se autoproclamó jefe de un partido. Bajo su administración, quienes no pertenecían a su partido eran destituidos, y sus puestos eran ocupados por adeptos. Los requisitos para el cargo no eran la honestidad, la competencia ni la fidelidad a la constitución, sino la actividad y el celo al servicio del partido y la lealtad al líder del partido.
Se enunció entonces el principio fundamental del sistema de partidos: «A los vencedores pertenece el botín».
Al desarrollar este principio, se descubrió que el poder del patrocinio gubernamental puede incrementarse indefinidamente mediante el empleo de intermediarios en su administración. En el cuerpo legislativo se encontraban estos hombres, quienes, apegados al ejecutivo por interés propio, le aseguraban un apoyo firme para todas sus medidas.
Este se ha convertido en el sistema establecido de la política estadounidense.
El gobierno constitucional prácticamente ha dejado de existir, y en su lugar ha surgido algo que no puede clasificarse entre los sistemas de gobierno, antiguos o modernos: republicano en su forma, pero no una república, pues sus representantes no son la elección del pueblo. Democrático en sus métodos, pero no es una democracia, pues apelar a la voz popular es una ceremonia vacía. Los que mejor conocen su funcionamiento lo han bautizado como «gobierno máquina», porque está «dirigido» por una clase de hombres que convierten la política en un negocio lucrativo. Para lograrlo, los políticos deben asegurarse todos los puestos de confianza y emolumentos del gobierno para hombres a los que puedan utilizar, y el pueblo debe verse privado de la opción de elegir a otros hombres. Debe haber organización, unidad de propósito y concierto de acción, y el proceso mediante el cual se organizan estos elementos en interés de los políticos es una curiosa combinación de fraude y farsa. El primer paso es lo que se conoce como «manipular las primarias», o en otras palabras, controlar lo que se supone que son asambleas del pueblo soberano, de modo que la voz del pueblo sea la voz de los políticos. La misma gestión se aplica en la convención, ya que gran parte de su trabajo consiste en ratificar lo que ya se ha logrado mediante un proceso conocido como «confección de la lista». La convención hace un llamamiento al público mediante una declaración de principios denominada «plataforma», una selección de generalidades brillantes que suenan bien y significan poco.
El uso corrupto del patrocinio público para fines partidistas no se considera que implique, en quienes lo emplean, deshonestidad personal o falta de integridad. La moral personal y la moral política se consideran cosas muy diferentes. Pero la práctica es intrínseca y esencialmente deshonesta, y nadie puede participar en ella sin perder las distinciones habituales entre el bien y el mal. La contaminación política se ha extendido a tal punto que la corrupción legislativa es un hecho notorio.
Los remedios para estos males deben ser aplicados por el propio pueblo. No se trata de un cambio en las leyes, sino de un cambio en su administración; no de la organización de un nuevo partido, sino del levantamiento de los hombres de bien fuera de los partidos, rompiendo las ataduras de la disciplina partidista y declarando a favor del buen gobierno; de la educación de nuestra juventud en la ciencia del gobierno y los deberes de la ciudadanía.
Todo buen ciudadano debería esforzarse al máximo por acabar con el gobierno de la maquinaria política, ya que es a través de esta maquinaria como se ha privado al pueblo de sus derechos y se le ha sometido al dominio de una oligarquía usurpadora y sin escrúpulos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puede realizar comentarios o sugerencias siempre que el tono sea respetuoso. Se ha activado la moderación de los comentarios y por tanto estos tardarán un poco en ser publicados.
Si desea que sus palabras no se publiquen, hágalo constar.
No se insertarán los comentarios publicitarios ni los que falten a la buena educación.
Gracias.