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martes, 2 de julio de 2019

ASÍ SON TODOS LOS DÍAS


Así son todos los días  SENTIR LA POESÍA


ASÍ SON TODOS LOS DÍAS

Mi cuerpo no quiere despertarse
tan temprano, requiere descanso,
pero antes de amanecer
me despiertan los cafres
que tienen bares y terrazas,
que descargan mercancías,
que interrumpen el tráfico
para recoger contenedores
en lugar de entrar en los cuarteles,
que tocan campanas a cualquier hora,
que tienen pájaros en los balcones,
que azuzan a sus perros para que ladren,
que arrojan vidrio, que arrastran muebles,
que limpian las calles con escándalo,
que suben y bajan persianas
de la forma más bestial posible,
que gritan por cualquier motivo
y así podría seguir señalando...
Intento hacer cualquier actividad
pero los arrastres de muebles no cesan,
ni los irritantes sonidos de pájaros
y ladridos de perros, ni los portazos,
ni los rumanos en su patio
voceando y carcajeándose sin recato
mientras usan su estridente radial,
ni los portazos, ni las megafonías
de esos que deben hacer cumplir la ley
pero que molestan más que nadie,
ni las obras que nunca terminan,
ni los gritones de las terrazas,
ni los que tiran cohetes y petardos
y así podría seguir señalando...
Salgo de casa agobiado, obligado
para no tomarme la justicia por mi mano,
intentando buscar un minuto de paz,
pero todo es en vano,
en cada calle los mismos ruidos atroces,
los mismos insensibles convirtiendo
la ciudad en un infierno acústico,
la misma gente miserable
actuando sin importarles los demás.
La hora de la siesta es igual,
los mal nacidos no paran, aumentan
sus voces, sus gritos, sus desmanes,
asesinan cualquier momento de tranquilidad,
los ladridos de perros se multiplican
sin que sus dueños riñan a los bichos,
sin que ningún vecino se les enfrente,
estúpidos voceando en las escaleras,
portazos más fuertes, pájaros más molestos,
radios y teles a todo volumen,
coches con la música retumbando,
todo llevando a los sanos a volverse locos
y así podría seguir señalando...
La noche no trae paz a la ciudad
aunque mi cuerpo suplica relajarse,
la noche trae más perros ladrando,
gente de fiesta gritando como monos,
adictos a los contenedores del vidrio,
más clientes en las terrazas
demostrando su insensibilidad,
el poco respeto hacia los demás,
camiones de la basura que parecen aviones,
portazos para que nadie duerma,
idiotas gritando "gol" por las ventanas,
muebles que se siguen arrastrando,
vecinos voceando, campanadas desajustadas,
cohetes y petardos de madrugada,
motos ruidosas, persianas guillotina
y así podría seguir señalando...
Porque, por desgracia, en España
así son todos los días.

Autor:  JOSÉ RUIZ


3 comentarios:

  1. Hola José!! Pasé a saludarte y realmente espero que no sea así todos los días en España, según relatas en tu poema, jeje. Un abrazo!

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    Respuestas
    1. Hola, encantado.
      Pues lamento decirte que mi escrito se queda cortísimo frente a la realidad. España es, según muchos organismos, el segundo país más ruidoso del mundo. Yo diría que es el primero. Así que no entiendo que haya extranjeros que todavía quieran venir a visitar el país. Tenemos unas autoridades que apoyan a los ruidosos y se burlan del derecho al descanso. Y unos ciudadanos, en su mayoría escandalosos y que no respetan a los demás.

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  2. Tienes razón, José. Cada día la gente está más ruidosa y superficial. Viven para disfrutar el momento, que para ellos muchas veces es emborracharse y hacer escándalo. Un filósofo chileno, Gastón Soublette ha dicho: Se ha perdido el hombre interior.

    ResponderEliminar

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